pUNTO en Cornellà-El Prat y análisis similar al de los últimos encuentros. Quizá tenga este resultado más mérito por ser en un campo maldito pero es innegable que lo que vimos en el césped fue muy poco, nada diría yo. Semana tras semana asistimos expectantes a la reacción futbolista de los leones. Se les exige más porque pueden hacerlo, lo han hecho. Este equipo sabe jugar mucho mejor y hasta la fecha nos lo han enseñado con cuenta gotas.

Me encantaría ver el vaso medio lleno. Disfrutaría mucho más si cada vez que me enfrento a esta columna o en la radio diariamente las cosas a escribir o decir fueran en su mayoría positivas. La realidad y los partidos siguen haciendo que no sea así. No hay brotes verdes. Es por esto que lo mejor del encuentro ante el Espanyol sea el punto logrado y la participación de jugadores que habitualmente no se encuentran entre los elegidos por el míster. Es cierto que siguen sorprendiendo algunas ausencias.

Valverde tiene ante sí un maravilloso reto. Debe encontrar junto con sus futbolistas la forma de llevar la iniciativa en los partidos y reencontrarse con aquello que saben hacer y, además, lo ejecutan muy bien. Precisamente, por esta circunstancia tenemos que pedir más a este equipo. Se detectan mimbres de sobra para hacer un muy buen cesto y lejos de preocuparse de los demás es necesario construir desde uno mismo. El Athletic no tiene porqué temer ni a nada ni a nadie, con humildad pero con descaro.

Fruto de este desparpajo esta emergiendo la figura de uno de los cachorros que sin duda alguna está acaparando el protagonismo en muchos partidos. Yeray Álvarez está erigiéndose en un baluarte del equipo y destaca choque tras choque simplemente haciendo lo básico y exigible. Su actitud y predisposición es encomiable y cada acción son para él una demostración de las ganas que tiene de jugar y seguir en el puesto. Espero que no cambie con los partidos.

Quiero ver el vaso medio lleno pero no quiero que sea a base de engañarme a mi mismo. Este equipo es lo suficientemente bueno como para con hechos no solo medio llenar el vaso sino rebasarlo de fútbol e ilusión.