OTRO equipo, vimos a nuestro Athletic. Siete días han bastado para cambiar radicalmente la puesta en escena. El equipo de Valverde comenzó el campeonato en su campo, San Mamés, y la cosa cambió para bien. Prácticamente el mismo once salvo el cambio obligado de Iturraspe por San José y la variación de Eraso por Raúl García. El resto, los mismos que jugaron el domingo anterior en El Molinón. Nada que ver, el conjunto rojiblanco fue mejor en todo y eso que enfrente estaba el mejor equipo de la liga, el Barcelona. Buena actitud, presión y carácter. Es lo mínimo exigible pero cuando el Athletic lo hace, es de los mejores.

No era un día cualquiera, último de Aste Nagusia y primero del año en La Catedral. Césped y cubierta como protagonistas. El estado del terreno invitaba al optimismo, no así el de la techumbre, sin acabar. Se mojaron muchos, muchos más, llovió. Más o menos se había avisado, bien es cierto, con la boca pequeña desde el club. En las próximas jornadas todos ellos sueñan con su conclusión y el fin de las humedades. Las puertas de emergencia se colapsaron y alguno se fue a casa ante la imposibilidad de ver el choque con normalidad.

Lejos de lo que acontecía en la grada, el equipo rojiblanco le disputaba la pelota al Barcelona que juega hasta con Ter Stegen como un futbolista más. Es increíble cómo maneja el alemán el balón con los pies y la ventaja que esto le da al equipo blaugrana. Mientras los leones tiraban de físico para presionar en la parte delantera la salida de balón de los culés. Una de estas presiones provocó un regalo del arquero que Beñat no supo resolver. La tuvo.

La diferencia en la liga cada vez es mayor entre las superpotencias y el resto. Dentro de poco habrá que jugar solo los partidos ante los equipos de fuera de este rango. Madrid y Barcelona exhiben su poderío por los campos de una liga desigual. No es que no me guste ver al Barça, juega muy bien, pero no me gusta el dominio tan aplastante de los últimos años de estos equipos. Algunos antes hablaban de Escocia, aquí es peor. Alguno sigue hablando de la liga de las estrellas.

La manera ya sabemos cuál es, ahora solo hace falta emplearla con regularidad. Me gusta y me ilusiona este Athletic pese a que en su casillero ahora ponga cero.