QUÉ pena ver cómo se escapan tres puntos en tres minutos. Parece que el Athletic sigue de pretemporada. Faltó carácter en la disputa del balón. Tampoco es que el Sporting fuese mejor que el conjunto rojiblanco, pero los jugadores asturianos demostraron entrega y aprovecharon las virtudes de su juego, donde las faltas dominaron. En esta faceta destacó Fernando Amorebieta. El exleón repartió de lo lindo y, a decir verdad, debió acabar el encuentro antes de tiempo, porque si Clos Gómez hubiese querido, la segunda tarjeta amarilla era una realidad para el central de Cantaura. Lo suyo fue una reiteración manifiesta. En el minuto 47, por ejemplo, después de que el colegiado aragonés le hubiese amonestado, le agarró del cuello a Aduriz. Era tarjeta amarilla, por lo que en ese momento ya tendría que haberse ido camino del vestuario. No fue así y Amorebieta completó los noventa minutos de un partido que seguro gustó muy poco a los aficionados del Athletic desplazados hasta El Molinón, Clos Gómez acertó en señalar penalti a favor del Sporting en la segunda parte. Bóveda derriba claramente a Burgui. También acertó el árbitro aragonés en parar el partido por los gritos racistas que recibió Iñaki Williams de una parte de la afición del Sporting. Estas cosas tienen que acabar de una vez por todas de los terrenos de juego. Esperemos que no vuelva a ocurrir nunca más.