cUANDO un árbitro es justo en sus decisiones, que también se equivoca, y sobre todo acierta disciplinariamente, dignifica el arbitraje, como fue el caso de Álvarez Izquierdo. Todo empezó con una dura entrada de Raúl García a los cinco minutos, que mereció la amarilla. Coke se creyó después que estando en el banquillo puede insultar y, para colmo, Kolo se pasó y fue justamente expulsado. Lo que no entiendo es lo que le pasó por la cabeza a Mikel Rico en el 90, con su entrada escalofriante que él mismo no aprobará cuando la vea por televisión. Por último, mandar un gran abrazo a Gurpegi, una gran persona.