MÁS o menos es lo que hay que hacer. Poner el reloj a cero y soñar. Los últimos partidos, incluido el del Rayo Vallecano, nos dejan sensaciones encontradas. Vemos al equipo cansado, sin chispa, pero lo más preocupante, que le falta fútbol. El equipo de Ernesto Valverde, el que más ha jugado, lleva una tralla de partidos tremenda. Ni los mas viejos del lugar recuerdan una serie así. Es impresionante lo que el equipo está dando de sí con la cantidad de lesiones que va acumulando. Además, jugadores muy importantes son los que han ido cayendo.

El tema es sencillo, salir con los ojos cerrados y confiar en que el gran día está por llegar. El Sevilla es un gran equipo pero la temporada nos dice que no está ni mucho menos al nivel de otras campañas. Los números están ahí y la tabla dice que en la competición de la regularidad el equipo rojiblanco tiene tres puntos más. Esto es un indicativo claro de lo que unos y otros van demostrando con el paso de las jornadas.

Para la cita estarán todos más que enchufados. No valen desconexiones y cada uno que esté en el campo debe realizar su trabajo a la perfección. Un equipo, un objetivo, un resultado. No vale pensar más allá, no hay otro partido. Es el último, si se gana ya se pensará en el siguiente. El Athletic está ante una final y de saque parte en desventaja. Hay que correr contra el crono y contra el marcador. Con cabeza pero con mucho corazón y esperemos que con muchas piernas. De hecho es lo que ahora mismo le preocupa a Valverde.

El jueves quizá no tengan que jugar los mejores, sino quienes mejor estén a día de hoy. Va a ser un partido tremendamente físico y con una presión fortísima, asfixiante. Además, hay que unirle el factor campo. El Sánchez Pizjuán va apretar y la campaña desde Sevilla ya está en marcha. No hay que amedrentarse, el león debe rugir como solo él lo sabe hacer en las grandes ocasiones. @monjeondavasca