EL hijo del acordeonista, la obra teatral basada en la novela de Bernardo Atxaga, regresa al Teatro Serantes, después de una gira por la península en la que ha cosechado aplausos y provocado polémicas, alimentadas por los medios de comunicación más conservadores de Madrid. Proporciona una nueva oportunidad para valorar esta visión sobre la historia de Euskal Herria durante las últimas décadas, con especial incidencia sobre la violencia de ETA. Está narrada a través de dos amigos de la infancia que se vuelven a encontrar cuando sus días están ya contados. Es una producción que ha tenido el apoyo de los principales teatros municipales vascos.

El Teatro Barakaldo ofrece dos piezas escénicas de no fácil calificación. Forja se define como un espectáculo multimedia de carácter polipoético en el interior de un horno alto donde coexisten personajes reales y virtuales, música, recitado, danza y proyecciones. Plecs también une teatro, circo, música y pliegues de papel. Es una metáfora de los cambios y transformaciones a que estamos sometidos todos los días.

La Fundición ofrece Confession de Germán Jáuregui. Se sitúa en los límites del teatro y la danza. Provoca una relación sensible y especial entre las intérpretes y los espectadores.

En el espacio contemporáneo de la cúpula del Teatro Campos Elíseos, esta semana, se presta más atención a la danza, ya que ofrece dos espectáculos exquisitos. Stereo, de Miren Gaztañaga, se fija en la necesidad de observar nuestros limites y sobrepasarlos. Es un trayecto de ida y vuelta entre lo que ocultamos y mostramos, entre lo masculino y lo femenino. Mírame cuanto te hablo incluye vídeo y teatro además de danza contemporánea. Trata sobre la violencia de género, pero de modo minimalista.

El pabellón 6 ofrece la oportunidad muy estimable de recuperar Pasajes con argonautas. Fue el primer espectáculo de la compañía Kabia, ahora de culto. Conjuga música en directo con el lenguaje de los signos, a la vez que experimenta las posibilidades de la luz como escenografía.

En la Hacería se presenta ¡Qué vaya bonito!, una pieza minimalista con pregunta incluida: ¿Lo dejarías todo por seguir tu sueño?.

En Durango, el cómico Pepe Viyuela presenta en Encerrona una reflexión sobre lo cotidiano desde la perspectiva de un payaso. Allí también se ofrecerá Teatro para bebés, donde habrá teatro, danza, música y títeres para estimular su sensibilidad.

En Elorrio se ofrece Pisukideak de Peru Magdalena. Dos perdedores, un escritor frustrado y una actriz en paro, hacen un esfuerzo para tomarse la vida con humor.

En el Zornotza Aretoa, estará la polaca Malgosia Szkandera, con su espectáculo Bag lady. Toma como reciclable artístico las bolsas de basura. El fundador de Barrio Sésamo está detrás.

En Galdakao, Esther Uría representa el monólogo Cada día es sólo una vez al día. Trata sobre las pequeñas cosas cotidianas que a veces se hacen grandes. Está escrito y dirigido por Edu Errondosoro, de Golden Apple Quartet.

En el Teatro Campos Elíseos va a estar Espinete no existe, una comedia nostálgica, un viaje al pasado reciente, con música, imágenes y humor.

Para dejar buen sabor de boca hay que recomendar el Festival Internacional de clowns y payasos de Arrigorriaga. Cumple estos días su décimo octava edición, con actuaciones procedentes de Israel, Bélgica, Francia y toda la península Ibérica, incluido, claro, el País Vasco.