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Empoderar la discapacidad

La Asamblea General de la ONU con el objetivo de promover la garantía, el goce y el ejercicio efectivo de los derechos de las personas con discapacidad en todos los ámbitos, familia, trabajo, sexualidad... proclamó en 1992 que cada 3 de diciembre se conmemorase el Día Internacional de la Discapacidad. La socialización cobra mucha importancia precisamente por las complicaciones que encuentran. 1300 millones de personas en el mundo tienen esta condición. Para algunas supone además un acortamiento de hasta 20 años en su esperanza de vida. Este colectivo heterogéneo refleja la minoría más amplia en el mundo. Sus integrantes suelen tener más dificultades a la hora de acceder a la educación, al mercado laboral, al ocio, al transporte, a la información en el caso de discapacidad sensorial, a recursos materiales. Y también son personas más vulnerables de sufrir violencia y discriminación. Los niños y las niñas con esta condición según estudios tienen cuatro veces más posibilidades de ser víctimas de actos violentos. A veces es el temor a hacerlo mal lo que nos frena el acercarnos a estas personas, lo que hace que las discriminemos sin quererlo. Todos somos susceptibles de poder tener una discapacidad a lo largo de nuestras vidas. Una sociedad sana y empática apuesta por la equidad con el fin de no dejar a nadie atrás, y así garantizar la inclusión e igualdad. Se trata de aceptar que todas las personas tenemos capacidades distintas. La sociedad estandariza los rangos de lo que se estima que está dentro de lo “normal”. Esto es ya una barrera. Aunque la verdadera traba está en la falta de derechos y de ayudas. Si bien cada vez se da más visibilidad al colectivo de las personas con discapacidad en el terreno de las ayudas económicas aún siguen siendo los grandes olvidados por los gobiernos. Cada ser humano es perfecto más allá de su condición física e intelectual. Cada persona con discapacidad es capaz dentro de su posibilidades. Para ello hay que dotarla de los recursos y de ayudas para que llegue al cien por cien de lo que ella pueda llegar. Las personas con discapacidad sí son diferentes. Son tan diferentes como tú.