“Primero fascinan a los tontos. Luego amordazan a los inteligentes”. Esta cita es atribuida al filosofo y Nobel Bertrand Russell. En ella nos “descifra” la forma en que los fascismos y otros movimientos autoritarios pueden llegar a alcanzar el poder, utilizando el engaño, mientras silencian a aquellos que se oponen a sus ideas. La historia está llena de líderes autoritarios que, con discursos “emotivos”, promesas grandiosas o apelando a emociones, se han “entregado” a sus dictados, quizás desencantados de los gobiernos convencionales, sin sospechar que se encaminaban a un futuro incierto. La represión a la disidencia y a la crítica forma parte, de su “santo y seña”, persecución sin tregua de todo aquello que, sea cultura o libertad de expresión, no podía faltar en su ideario. Russell era un gran defensor de la democracia, de la razón, y nos advirtió sobre los peligros de los movimientos autoritarios y la manipulación de la opinión pública. Algunos van de “cara” sin esconder sus ideas, otros “sutilmente”. Sería más que conveniente, que seamos capaces entre todos y todas, de no “caer” en la desinformación, creer en la educación como un pilar básico y forjar un “buen” pensamiento crítico. Ni “fascinar ni amordazar”.