Ah, qué gran homenaje al plurilingüismo presenciamos en la reunión de presidentes. Nada dice “unidad” como despreciar una lengua milenaria con la elegancia de quien nunca ha necesitado más que un idioma para ignorar culturas enteras. Brillante también por premiar a quien confunde una ikurriña con vaya usted a saber qué. El talento, sin duda, se mide por la insistencia en fallar con estilo. Eso sí, repetir premiados debe de ser una nueva forma de fomentar la creatividad: premiar lo mismo esperando un milagro. Ironías del progreso. Euskera, tranquilo: algún día te entenderán... Creatividad, participación ¿que pasará contigo?