Éramos pocos y parió la abuela. ¿Cuál será la próxima astracanada? Transitan los contenedores en los barcos por el mar a miles, a millones, sin atar, sin garantías. En las carreteras ya es obligatorio tapar en los camiones la paja, el estiércol, la basura. El mar que es un poco más grande que la autovía está libre de obligaciones o al menos eso parece. 

La próxima puede ser presentar como premio nobel de la paz a este judío que manda en Israel como hicieron en su día con aquel judío norteamericano que llenó Sudamérica de dictadores que tiraban al mar desde un avión a los comunistas, socialistas y todo que oliera a rojo, aquel prohombre judío de cuyo nombre tampoco quiero acordarme. Esas bolitas blancas de plástico concentrado que para los que mandan en su tierra natal, Galicia, son nimiedades como en su día fue el chapapote unos hilillos negros. ¿Adónde vamos a ir con este personal tan sabio? Pues los gallegos les votan por mayoría. ¿Quién da más en este teatro? La humanidad tiene un problema muy gordo, pero los judíos más. Ellos son los que deben solucionar el problema y mientras no lo hagan, la humanidad en lo que le queda de vida seguirá igual, desquiciada.