Se pueden decir muchas cosas, pero escogidas con cuidado, ya que una vez dichas, no se podrán desdecir ni tampoco desoír. Ocurre que, en lugar de aprender de errores que mueven a la estupefacción, nos encontramos con la ¿penúltima? perla ultrajante de García-Gallardo, ultraderechista antidemócrata por la gracia de Vox, vicepresidente de Castilla y León con la bendición del PP, y metido a especialista ginecólogo del espíritu nacional. Va, y sin rubor alguno, anuncia medidas “sanitarias asistenciales para el fomento de la natalidad”. Es decir: pretende intimidar y traumatizar bajo tormento psicológico con aparatos última generación, a las mujeres que decidan abortar y a los doctores que las asistan. Piensa este analista de Torquemada y nostálgico del NO-DO, que una mujer aborta igual que va a la pelu… La sanidad pública al igual que las libertades, son derechos que no debemos perder. Ningún lego intrigante heredero de un fúnebre pasado, puede ablacionar o circuncidarlos. Jueces divergentes. Técnicos del agravio mediático. Virtuosos del tuit vejatorio… Una España cabreada: pensionistas y sanitarios. Y otra España que bosteza: dirigentes apáticos y narcotizados con chutes ególatras ¿Y en el fondo de qué mar están las llaves contra la violencia de género? La paciencia tiene límites, como cantaría Shakira Mebarak….