El pasado fin de semana decía un aita en el grupo de madres y padres de niños futboleros, con tono de cuñao: “Menudo baile les hemos pegado, en bloque alto, defendiendo con la posesión...”. Hasta que le interrumpía otro contertulio, seguramente el progenitor del portero: “Pero si nos han metido 1-5, José Luis”.

Son los nuevos presuntos entendidos en fútbol, con ese aire de superioridad que da el uso de un par de topicazos, sazonados con un discurso vacío y, por supuesto, con el desprecio a todo lo que huela a fútbol del de antes, del mío.