Con todos mis respetos: Nadie puede imaginar lo que sentí como ciudadano votante de este santo país, al ver el espectáculo protagonizado por nuestros políticos en el Congreso de los Diputados el día 3 de febrero. No pude evitar que se viniera a mi memoria cuando de chavalillo iba a las ferias de ganado con un vecino tratante, donde se compraba y se vendía de todo, menos el honor, el criterio y las voluntades. El espectáculo que vimos ese día en la caja tonta a la hora de votar la reforma laboral fue de antología, solo nos faltó ver a algunos diputados trileros, trapisondistas, buhoneros... personajes típicos en los años 50 del pasado siglo, fauna típica en las ferias de aquellos años. Solo faltó que se votara a ver quién pagaba el alboroque. Santos varones alguna gente de aquella época comparándola con nuestros políticos, políticas, polítiques de hoy día, dío, díe.
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