Pedro Sánchez, que no es santo de mi devoción, puede decir que trabajó en la empresa privada, como docente en la Universidad Camilo José Cela. Yolanda Díaz pasó 12 años currando en su propio despacho de abogada, incluso cuando ya tenía cargos políticos. En cambio, entre los tres líderes de la derecha, Casado-Abascal-Ayuso, no acumulan ni un solo minuto cotizado fuera de la política. Tienen la misma vida laboral que mi hijo de 6 años.