El otoño es la época del año que es más mejor, que dirían en el pueblo. Se recogen los frutos que se crían en la tierra y en los árboles como consecuencia del trabajo en el frío invierno, en la lluvia de primavera y del sol que quema en verano. Cuando se habla de cosecha se piensa en el cereal, porque era la cosecha por antonomasia. Y la vendimia. Nos olvidamos del tomate y su embotado. Todavía reúne, asar pimiento, a familias enteras de la capital en los pueblos para asarlo y embotarlo para el año, así como melocotón, pera, higos, etc. Aunque algunos prefieren comprar en el supermercado, que es mucho más cómodo, y caro; pero les evita recordar tiempos pasados a los que volveremos por la fuerza de la vida. Volveremos a embotar en el pueblo. Es una lección que urge enseñar a las nuevas generaciones. Hay que enseñarles los crepúsculos desgarrados a la luz del fuego.