Imaginemos un pueblo o ciudad donde se deben celebrar elecciones (ya porque toque o bien porque deban repetirse ante la incapacidad de conformar un gobierno, de los encargados de hacerlo) e imaginemos también que los llamados a las urnas, tengan ya el suficiente “hartazgo” y deciden que ya les vale a sus políticos y gobernantes, y en un ensayo sobre la lucidez, deciden no votar o bien hacerlo en blanco, en un acto de “castigo” o rebeldía total a los que no parecen entender bien, lo que se espera de ellos. Parecía también bastante “enfadado” con la clase política, el escritor y Nobel portugués José Saramago cuando allá por el 2004 presentó su Ensayo sobre la Lucidez al ver la democracia “bloqueada” en manos incapaces y con los poderes económicos, ejerciendo un poder en la “sombra”. ¿Deberíamos tener entonces algo de “lucidez” como los imaginarios votantes de la novela de Saramago? Donde los “asombrados” candidatos se preguntan el porqué del voto en blanco o la nula participación. Estamos dirigidos acaso por políticos y gobernantes sin ética ni fuste? Supongo que toda esta “fauna” que nos rodea, aspira de alguna manera a reeditar sus actuales cargos, pues yo les animo que un “ensayo de lucidez” imitemos al imaginario pueblo de Saramago.