Muchos sabemos que aún te quedaba baloncesto de primer nivel, como has demostrado esta temporada, siendo pieza clave y dando espectáculo en el ascenso del Bilbao Basket.

Sin embargo, has tomado una decisión y debemos respetarla, aunque la cancha sin ti no será lo mismo.

Los que suscriben han tenido la fortuna de verte crecer a base de duros entrenamientos, sacrificio y ese talento especial que ya en el frontón de Maristas te hacía mágico, aún jugando en categorías superiores a la que te correspondía. Pasarán a la historia los enfrentamientos contra el Tau de Calderón en un frontón de Maristas abarrotado y campeonatos de España contra jugadores que han marcado una época (los juniors de Oro).

Nadie dijo, que vivir de esto iba a ser fácil y más aún en una ciudad que no tenía baloncesto de élite. Cambiábamos de siglo y el baloncesto vizcaino y en concreto su primer equipo, por aquella época S. D. Patronato, se te quedaba pequeño... León, con equipo en ACB, y su afición fueron los privilegiados en disfrutar del descaro de un chaval que no tenía límites. Y por fin llegó un proyecto hecho a tu medida, en tu ciudad y con recursos y apoyos suficientes para hacer tu sueño realidad... nacía Bilbao Basket Berri y con él un nuevo ídolo de masas en Bilbao. A partir de aquí la historia es conocida, ascensos, club de fans (promovido por el CB Santutxu), títulos, récords,...

Y es que, no solo estamos hablando del que probablemente sea el jugador de baloncesto más talentoso y resolutivo de Bizkaia de todos los tiempos, sino que estamos hablando de una gran persona que lejos de levitar con el éxito, ha mantenido sus valores como persona, y su saber estar.

Como jugadores (amateurs, pero jugadores) que aún somos, entendemos mejor que nadie tu cúmulo de emociones al decidir colgar las botas,pues no se trata de un trabajo, sino de un estilo de vida, una pasión y una realización personal diaria.

Estas letras solo pretenden homenajear a un jugador que ha dado todo por el baloncesto vizkaino y que es su mayor estandarte, a la vez que darle apoyo moral en este corto, pero duro periodo de duelo consigo mismo como jugador y desearle el mismo éxito en los banquillos que el obtenido dentro del campo. Por supuesto, estamos hablando de Javi Salgado, el “base de Santutxu”, un Santutxu cuyo baloncesto está más vivo que nunca.