Carta abierta a todas las madres y padres conductores
Te quería comentar que mi hijo quiere ser ciclista. Posiblemente dentro de unrato cogerás tu coche e irás a buscar a tus hijos al colegio, después, en estaajetreada vida que llevamos, quizá le lleves a un entrenamiento o a unaactividad extraescolar. Tu hija, tu hijo, quizá nietos, sobrinos, hacentaekwondo, hockey, ajedrez, fútbol, inglés, pintura, música, quizá quieren sercomo Carolina Marín, como los hermanos Gasol o quieren ser cantantes ococineros.
Mi hijo quiere ser ciclista, estudia por la mañana en el Instituto y por latarde coge su bicicleta y en los bolsillos del maillot echa un gel, una barritay todos sus sueños e ilusiones. Enciende su luz trasera para que le veas y leinsisto en que respete las normas de circulación y sea prudente. Te aseguro quedurante las dos o tres horas que está fuera, en la carretera, sé que se juegala vida y solo me relajo cuando vuelve a casa.
Conozco a muchos chicos como él, sus compañeros de equipo y de pelotón, todostienen el mismo sueño y se sacrifican mucho por conseguirlo, arriesgan en lascarreras, se caen y se hacen heridas, se levantan, sangran y sudan. Quieren serciclistas.
Yo quiero que tu hijo, tu hija sea lo que le hace feliz, quiero que se cumplanlos sueños por los que se esfuerza pero, por favor, deja que mi hijo seaciclista, no le mates en la carretera, respétale.
Te doy las gracias por escucharme, padre, madre conductora.