Resulta poco menos que inimaginable en nuestro entorno, que el presidente del gobierno (nacional u autonómico) felicite las pascuas a los ciudadanos del país. Sin, embargo en un país de tradición y cultura democrática como el Reino Unido, David Cameron lo hace: La Pascua, dice, es la ocasión para los cristianos de celebrar el triunfo del amor sobre la muerte, con ocasión de la resurrección de Jesús y para nosotros, una ocasión de reflexionar sobre el papel del cristianismo en la vida de nuestra nación. No tiene ningun remilgo en confesar que él ha experimentado en los momentos más difíciles de su vida el gran consuelo que representa la misericordia de la Iglesia. y que no solo predica ama a tu prójimo, sino que lo vive en centros como cárceles, asociaciones ciudadanas, etc. Solo por esta razón nos deberíamos sentir orgullosos de proclamar que este es un país cristiano. El comunicado es más extenso y toca una serie de realidades y sufrimientos de los cristianos en el mundo actual. Solo me queda un sentimiento de admiración y de sana envidia. En un país como el nuestro, que ha dado al mundo personajes como Iñigo de Loyola, Francisco Xabier, Teresa de Jesús o San Juan de la Cruz, ¿qué nos queda...? Afán de revancha, “y tú más”. ¡Qué pena!
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