Quiero denunciar públicamente a la empresa de ascensores Otis Zardoya por la grave situación laboral y familiar que está provocando, al pretender trasladar voluntariamente (o a la calle) a un porcentaje de sus trabajadores, entre ellos mi marido, a más de 600 kilómetros, lejos de donde estamos su familia. Esto conlleva una rotura con el entorno familiar y, en mi caso, el que me obliguen a decidir que si quiero estar con mi marido o renunciar a mi trabajo, que está aquí en Bizkaia, donde ha estado también el de estos trabajadores de Otis. No podemos consentir que como consecuencia de la crisis que ellos mismos han creado, tener un empleo sea a cualquier precio. No me olvido de las familias que no tienen ni lo básico, pero no quiero renunciar a ser persona y defender mi derecho a decidir en libertad sobre mi vida personal y laboral, por lo que pregunto a Otis: Tanto que ustedes defienden la ética, ¿dónde está la ética a mi derecho a conciliar mi vida familiar y laboral? Se acerca el 8-M con el que a muchos se les llena la boca con los derechos de las mujeres. ¿Qué derecho tengo yo?