Cuando pienso en el único e inigualable Iñaki Azkuna, no me vienen más que lágrimas a los ojos. ¿Por qué han de irse personas tan fantásticas? ¿Por qué políticos? Y distingo: Iñaki Azkuna era un político, pero además era una persona cercana, capaz de enfrentarse a una ciudad y de convertirla en una de las principales de su país; capaz de hacer todo eso y llegar a ser así el mejor alcalde del mundo con un reconocimiento internacional en forma de galardón.
Azkuna es un político y no esos a los que vemos todo el día tocándonos las narices y rascándose ellos un pie, para después decir que “lo hacen por el bien de España?”. Pero exactamente ¿qué es lo que hacen? Qué hacen bueno, claro. Y de repente, un día en el que las cifras de paro superan los cuatro millones, se pide un segundo rescate para España y Grecia, y hay gente que no tiene un bocado para llevarse a la boca. Y pese a ello nos dicen que el país ha notado una increíble mejoría con respecto a lo que dejó la oposición tres años atrás. Azkuna, si puedes, ampáranos que estamos muy perdidos, gracias por darnos lo que nos diste. Gora Azkuna! Gora Euskadi!