Parece que el futuro de la ciencia y el I+D no está entre las prioridades de los recientemente presentados (y casi aprobados) proyectos de Presupuestos Generales del Estado. En ellos vemos que los recortes en dichas áreas se cifran en casi 1.400 millones de euros respecto al ejercicio anterior. En palabras de la secretaria de Estado de Investigación y Desarrollo "no es el presupuesto que nos gustaría". Y yo me pregunto: ¿cuál su prioridad? ¿Inyectar sumas millonarias a los bancos rescatados? ¿Indemnizaciones millonarias a sus directivos? El presupuesto que contempla dicha partida es de apenas un 1,8% del total de 2012, cuando en el año 2011 era del 2,4%. Lo dicho. Fuera de sus prioridades. Ese es el peso que tiene la ciencia en el estado español.
En tiempos de crisis todavía es más necesario invertir en investigación y desarrollo. Cuanta más crisis, más ciencia. Eso sin contar los recortes en sanidad, educación, y otras áreas. Con el futuro cada vez más sombrío y sin perspectivas, la gente se ha visto obligada a asistir a cursos intensivos de inglés, alemán, y hasta de finés. Y todo ello para que futuros profesionales de la sanidad, ingenieros y científicos en formación se preparen para buscarse un futuro en otros países (véase, Alemania, Reino Unido, Finlandia, y hasta la lejana Arabia Saudí). Países en los que sí tendrán peso y reconocimiento.
En Francia y Alemania, por ejemplo, no se ha disminuido la partida de investigación, pero aquí no solo se disminuye, sino que se dice que es lo que hay que hacer. En pocas palabras, el que se quede por aquí tendrá que lavarse los tubos, y en ese momento perderá todo el valor lo que ha luchado, estudiado y peleado.