SI no es razonable, no se hace; si lo es, más posibilismo. Con esa máxima se podrían acometer muchos de los proyectos que nos generan debate. Esta semana lo reproducimos en el rechazo a una propuesta de parque eólico en Gipuzkoa. Sencillamente, no era razonable su impacto. Pues adiós muy buenas. Pero, cuando los mismos informes técnicos llegan a conclusiones diferentes, se desata la literatura. Que si no debería enriquecerse una empresa, que si aquí vivo yo... Lo siento, el viento sopla donde sopla y el sol da donde da. Y la iniciativa pública tiene los mismos problemas que la privada. No sumemos excusas literarias.