La soledad no deseada es aquella que no se busca y que no se quiere. Hay quien prefiere la soledad mejor que la compañía pero otras personas necesitan el contacto, la proximidad. Invitaba hace unos días en su Mesa de Redacción Alberto García Alonso a hacer un ejercicio de observación en el metro, donde los vagones van llenos de gente que ya no se mira entre sí, absortos de la compañía que reciben a través de su teléfono móvil. Lo digital tiene fecha caducidad en el plano emocional porque el móvil no sirve para intercambiar una charla y recibir calor. Lo saben bien quienes padecen eso que ahora se llama la soledad no deseada.
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