El rostro de la soledad no deseada en Euskadi tiene rostro de mujer. Pero, en contra de la creencia más extendida, es el semblante de una mujer joven, de entre 18 y 34 años. Además, es extranjera, reside en una ciudad y tiene dificultades para llegar a fin de mes. Este es el perfil mayoritario de las personas en situación de aislamiento involuntario, un fenómeno en auge que impacta directamente en la salud de las personas. Entre las múltiples causas que determinan una mayor vulnerabilidad a la hora de padecer este desamparo, los expertos apuntan al auge de las nuevas tecnologías y las redes sociales. Con todo, según el Barómetro de la soledad no deseada en el País Vasco en 2024, un 14,5% de los vascos afirman sentirse solos, un porcentaje bastante inferior al de la media estatal, situada en un 20%.
De esa forma, el estudio, de la Fundación ONCE y la Fundación AXA, elaborado en el marco del Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada (SoledadES), determina que la soledad es bastante menor en Euskadi que en el conjunto del Estado. En palabras de Usue Vallejo, delegada territorial de la ONCE en el País Vasco, para poder elaborar el informe se ha encuestado a 2.900 personas mayores de 18 años, entre las que 400 eran de Euskadi. “Sigue la estela del primer barómetro de hace ya una década. Han evolucionado algunos aspectos”, ha apuntado este miércoles Josep Alfonso, director general de la Fundación AXA, quien ha concretado que se trata de “un problema profundo y muy extendido en nuestra sociedad”. De hecho, ha afirmado que “se calcula que aproximadamente la mitad de la población ha sufrido o sufrirá de soledad no deseada en los próximos años. Todos somos vulnerables”.
Las conclusiones del estudio definen que la soledad en Euskadi es un 5,5% inferior a la media estatal. También es un 1,4% inferior la soledad crónica en la CAV con respecto a España. Aún así, se detalla que entre las personas que se sienten solas la duración del aislamiento es mayor que en el conjunto del Estado. Concretamente, el 83,4% de los vascos que sienten soledad sin desearlo llevan en esa situación desde hace más de dos años, cifra superior a la media nacional (67,7%). Esa tendencia es superior, además, entre personas jóvenes. Otro factor importante a tener en cuenta es que un 15,8% de las mujeres sufre soledad no deseada, frente al 13,1% de los hombres.
Asimismo, el estudio revela que “contrariamente a la creencia la soledad no deseada afecta más a los jóvenes y disminuye a medida que aumentan los años”. Así lo ha desgranado José Manuel Fresno, de la consultora Fresno, encargada de capitanear el estudio. En ese sentido, ha revelado que las personas de entre 18 y 34 años son las más afectadas, con un 23,8% de prevalencia por aislamiento involuntario. A esta franja de edad sigue la de 35 a 54 años, con un 13,5%, y la de 55 y más años, con un 11,5%. “Probablemente los mayores son más resilientes”, ha apuntado Fresno, quien ha citado factores como el uso de las tecnologías y de la digitalización como promotores de la soledad no deseada.
“Se calcula que aproximadamente la mitad de la población ha sufrido o sufrirá de soledad no deseada en los próximos años. Todos somos vulnerables”
“En Euskadi el porcentaje de personas que sufren soledad es mucho más elevado entre quienes se comunican principalmente a través de medios digitales”, ha corroborado José Manuel Frenso, quien ha apuntado otras circunstancias como que “cuando las personas tienen menos relaciones pesenciales con la familia se agrava el sentimiento de soledad”. En ese sentido, es reseñable que la brecha de soledad entre quienes tienen y no tienen origen extranjero es del 17,8% en Euskadi, donde “más de tres de cada diez personas de origen extranjero sufre soledad”. Asimismo, también se agudiza entre las personas no ocupadas o con problemas para llegar a fin de mes. Además, también ha aflorado que “tener educación superior protege de la soledad” y, en ese sentido, Fresno ha destacado que “el nivel educativo de Euskadi es mayor que en el conjunto de España”.
Otro factor analizado indica que el aislamiento involuntario es mayor en las ciudades grandes de más de 100.000 habitantes –requisito que en Euskadi cumplen las tres capitales, además de Barakaldo–, donde la prevalencia es del 21,5%. En esa línea, en las localidades de menos de 20.000 habitantes es de 15,8% y en aquellos de entre 20.000 y 100.000 habitantes, de 12,2%. Por otro lado, en los hogares unipersonales esa sensación se agudiza hasta suponer el 26%, mientras que entre las personas que viven acompañadas es del 11,8%. Además, el barómetro revela que el 43,2% de los vascos con salud mental sufre soledad y que, en el caso de las personas con discapacidad, ese índice sube al 50,6%.
Percepción
En lo que respecta a la percepción de la sociedad sobre la soledad no deseada, Fresno ha destacado que “existe una conciencia de que nos puede pasar a cualquiera”. De hecho, hay una percepción generalizada, un 95,1% así lo cree, de que el aislamiento involuntario es un problema social cada vez más importante. “Para combatir algo es necesario hablar sobre ello”, ha considerado el autor del estudio, quien ha apuntado que “los jóvenes son quienes menos cómodos se sienten hablando de estos temas”. Por otro lado, el informe manifiesta que dos de cada tres vascos (un 67,7%) conocen a otras personas que pueden sentirse solas sin desearlo.
“Hay una conciencia generalizada de que en las administraciones públicas tienen que ocuparse de la soledad no deseada”, ha considerado, por otro lado, José Manuel Fresno, quien apunta que se suele atribuir a las ONG y a los ayuntamientos la mayor responsabilidad en este sentido, si bien se considera que es el gobierno autonómico a la que más competencia se otorga. “La población de Euskadi es permeable a esta situación y tiene la capacidad para abordarlo”, ha revelado, por otro lado, Fresno, quien ha afirmado que el 78,8% de los encuestados asevera que llevan a cabo acciones para ayudar a combatir la soledad.