ISABEL Díaz Ayuso regresa, si es que alguna vez se ha ido, a la primera línea de la polémica artificial. Lo hace a cuenta de la aparición de decenas de ejemplares de patos muertos tras la celebración de una mascletá en Madrid. No, en Valencia no; en Madrid. Una vez superado el petardeo de ocho minutos, asociaciones ecologistas y partidos de la oposición han denunciado la elevada mortandad de patos sin causa que lo justifique. “Debe ser que los patos en Valencia lo resisten todo y en Madrid, patas arriba a la primera”, ha ironizado la presidenta madrileña. Si acaso, lo de investigar la veracidad de la acusación por si hay relación, para otro día.