ABSORTAS en si el 23-J ganaría Feijóo o moriría Sánchez, ninguna encuesta –ni siquiera la de Tezanos– pronosticó que Junts Per Catalunya, el partido de Puigdemont, fuera a convertirse en la llave de la futura gobernabilidad del Estado español. Y la cosa pinta fea se mire por donde se mire. PSOE y PP acordaron aplicar el artículo 155 para asumir en 2017 el control de Catalunya y cesaron de mutuo acuerdo a Puigdemont, que huyó para evitar ser detenido. Igual soy yo, pero pedirle cinco años después a esta persona que garantice la gobernabilidad de España se antoja, cuando menos, complicado. Aunque en política cosas veredes, amigo Sancho...