ES inadmisible el insulto y el ataque personal. No pueden ni deben tener cabida en nuestra sociedad porque de lo contrario construiremos un futuro debilitado en los valores que deben servir de guía para nuestras generaciones presentes y futuras. La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, sufrió ayer un escrache en la puerta de su casa. Da igual por quién y con qué reivindicación. Nada justifica verse atacada. Hay cinco personas identificadas. Son estas últimas y no la consejera las que deben ser señaladas por su intolerancia. Porque Sagardui es la víctima y ha de ser arropada, como hacemos sin dudar con el resto.