CASI siempre he vivido con un animal –no me gusta lo de mascota– en casa, pero no comparto la por otra parte ingeniosa frase –hoy sería un gran tuit– de lord Byron de que “cuanto más conozco a los hombres –pongamos mejor ‘personas’–, más quiero a mi perro”. Con los canes se hacen verdaderas perrerías, desde pegarles a maltratarles vistiéndolos de manera ridícula o desnaturalizarles aún más. Ayer en Igorre fueron detenidas dos personas por dejar morir a sus dos perros de hambre y sed. Una canallada. Cuanto más conozco a mi perro, menos entiendo a las personas.