Txetxu Rojo inventó el patinaje artístico. El no lo sabía. Es más, nos ha dejado sin saberlo. Porque nadie lo ha escrito. Ni descrito. Se deslizaba inusitadamente sobre la hierba. Patinar al más alto nivel precisa de una figura estilizada. Una armonía prodigiosa. Transitar sobre una nube hecha hielo. Flotar. Nadie más, que se haya publicado, lo ha hecho con un balón. Y menos, pegado al pie. Y jamás, sobre la hierba. Patinador, artista, futbolista… La magia nos ha dejado huérfanos. Ahora ves el balón, ahora no. Y sigo mi camino. Patinando siempre. La maldita memoria le dejó antes.

Te puede interesar:

No nos fallará a quienes asistimos a sus deslizamientos sin pestañear. Con una banda sonora inherente a toda actuación artística de altura. Txetxu fue seguramente el halo inspirador del beti zurekin. Ayer martes se lo cantamos en silencio una multitud en Begoña. Con una lágrima… 

29

Bilbao se despide de Txetxu Rojo Oskar González