PSOE y Unidas Podemos han acordado un proyecto de presupuestos en el que caben todos titulares que uno quiera buscar y que tienen que ver con una estrategia de subsidios que siempre son bien recibidos por quienes aspiran a recibirlos. Echando cuentas, la jugada tiene la virtud de recolocarles en el tablero de la opinión pública porque es evidente que las promesas contenidas en materia social no hay quien las pague con la rebaja de impuestos que propugna el PP. Puede llegar a tiempo de que haya partido electoral en un año o puede amortizarlo la calle para febrero.