EL lehendakari ha llevado al punto de cordura el ruido sobre las medidas de ahorro energético. Nadie va a ir por libre en un problema común aunque al Gobierno de Sánchez se le olvide que es parte de una estructura descentralizada. Gobernar unilateralmente por decreto tiene un déficit democrático agigantado cuando no te asiste una mayoría social. Parece que ha habido prisa por sacar la pata de la reacción oficial española a la petición de Bruselas de ahorro de gas –aquello de que los españoles no se merecen recortes–. Calmar a la UE está bien pero perder de vista el suelo que pisas conlleva tropezar.