A firma del contrato de Tubacex por valor de 1.000 millones, el de mayor valor en toda su historia, supone una de las mejores noticias no solo para la compañía sino para el sector industrial vasco. El contrato, cifrado en 30.000 toneladas, tendrá una duración de diez años y estará centrado en el suministro de soluciones para la extracción de gas en Oriente Medio. El caso es paradigmático tras la huelga que vivió la compañía, la más larga de la historia de la conflictividad laboral en Euskadi, con más de 200 días de paros, una reestructuración de la plantilla, 129 despidos y una sentencia que obligó a la reintegración de los trabajadores y trabajadoras. Sin embargo, un año después de una crisis que se dibujaba casi imposible de superar, Tubacex ha demostrado no solo que es posible recuperarse sino hacerlo con fuerza y en una coyuntura poco favorable marcada por un escenario de incertidumbre en medio del alza de precios derivada de la guerra en Ucrania. Las inversiones y una diversificación en el marco del sector hacia un mayor valor añadido han aumentando su competitividad y ofrecido resultados pese al lastre en los últimos tiempos por la alta inflación, junto a las tensiones en la cadena de suministro que han afectado al conjunto de la demanda del producto industrial siderúrgico y a los incrementos de precios de la energía. La adjudicación del contrato en Abu Dabi refuerza su presencia en la región para el suministro de tubos destinados a la extracción gasística y junto a recientes acuerdos para la fabricación de tubos de umbilicales, aeroespacial y nuclear sitúan a Tubacex con una cartera total de más de 1.500 millones de euros. La revitalización de la empresa no puede tampoco entenderse sin atender a su apuesta de competitividad en relación a la calidad y, por tanto, supone una enseñanza para áreas estratégicas de la economía vasca. Su experiencia, que tan solo hace un año situaba a la compañía en un escenario más que complicado, demuestra la necesidad de salvar el tejido empresarial vasco en los peores momentos. El caso de Tubacex es un ejemplo pero no debe ser el único porque herramientas como el conocimiento y capacidad para seguir siendo punteros hacen avanzar a los sectores en los que Euskadi está al alza y además garantizan el empleo y la creación de riqueza.