ESDE que se acusó de la pandemia a un murciélago de Wuhan, si me entero de que carraspea un armadillo en Ecuador, me pongo en alerta. Lo que vienen a ser unos cinco segundos, tampoco se crean. Pero ayer tenía dentista y todo el mundo sabe lo que dan de sí las salas de espera. Así que cuando leí que Alemania había aconsejado a sus ciudadanos hacer acopio de agua y comida para diez días, me debatí entre el tembleque y la risa floja. Dicen que es por si hay una crisis de suministros. Como si no la hubiese ya en algunas familias, que se ven de vez en cuando con la nevera vacía, en el mejor de los casos por falta de tiempo para ir al súper. Que levante la mano quien no se haya acostado alguna noche con una tapa de pan de molde desmigada, una loncha de pavo traslúcida y un yogur a punto de caducar en el estómago. El Ministerio del Interior alemán ha estimado que con veinte litros de agua por persona y una pila de alimentos no perecederos sería suficiente. A nada que tengas pareja y dos hijos, te plantas con 80 litros de agua almacenados en el canapé. Eso sin contar con que un adolescente se zampa una pizza familiar en lo que tú te comes una porción, así que o alquilas un trastero o no hay manera. Por último, esto no es Alemania. Si dice Sánchez que hagamos acopio de latas, el personal: a) Hace un meme b) Compra cervezas c) Despotrica contra los oscuros intereses del Gobierno.

arodriguez@deia.eus