A celebración ayer del Aberri Eguna, del que se conmemoraba su 90º aniversario pese a que algunos grupos quisieron obviar esta histórica efeméride, estuvo caracterizada, tras los dos años de restricciones por la pandemia, por la presencia de nuevo en las calles, en los diferentes actos convocados, de miles de personas que reivindicaron el autogobierno, la soberanía y el derecho de Euskadi para decidir su futuro. Con todo, resultó especialmente llamativo que mientras en los discursos pronunciados en la Plaza Nueva de Bilbao durante el acto celebrado por el PNV tanto por parte del presidente del EBB, Andoni Ortuzar, como del lehendakari, Iñigo Urkullu, se escucharon palabras contundentes de condena y rechazo a la agresión rusa a Ucrania, en los de los representantes de EH Bildu en Iruñea un asunto crucial de alcance mundial que está causando miles de muertos, destruyendo millones de vidas y afectando a todo el mundo pasara prácticamente desapercibido. En este contexto del Aberri Eguna, las alusiones a la coincidencia en las aspiraciones de paz, libertad y justicia del pueblo vasco con las del ucraniano o el saharaui cobraban pleno sentido. Durante su alocución, Ortuzar volvió a tender la mano al resto de formaciones políticas, en especial a EH Bildu, de cara al logro de acuerdos amplios "para sacar adelante este país y responder a las demandas de la gente". Se trata de una oferta de entendimiento y búsqueda de pactos de país que no es nueva pero que en el contexto de la crisis actual tras la pandemia y condicionado por la guerra cobra especial dimensión. La gran mayoría de partidos, que representan a más del 90% del electorado vasco, acordado hace unas semanas las bases para la futura Ley de Educación en un gran acuerdo de país. Es, sin duda, el modelo a seguir. Los intereses partidistas, sin embargo, amenazan con impedir otros consensos importantes, tanto en las grandes cuestiones de país y que suponen hitos en la construcción nacional vasca en el día a día, como en asuntos urgentes de respuesta a la crisis. El pasado día 8 pudo comprobarse en el Parlamento Vasco, donde los socios de gobierno (PNV y PSE) pactaron medidas anticrisis con Elkarrekin Podemos y PP+C's, pero no con EH Bildu, que prefirió la confrontación con el lehendakari -a quien llegó a faltar al respeto- antes que el logro de acuerdos en los que no es protagonista.