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Editorial

El metro, aún más vertebrador

El acuerdo entre Gobierno vasco y Diputación de Bizkaia para la llegada del suburbano a Galdakao con proyecto definido y financiación propia responde a las necesidades y demandas de la ciudadanía

L acuerdo firme para la ampliación del metro y su llegada a Galdakao rubricado ayer por el Gobierno vasco y la Diputación Foral de Bizkaia responde a una obligación objetiva de dar respuesta por parte de las instituciones a las necesidades de transporte y movilidad de la ciudadanía y da carta de naturaleza a una demanda histórica de los vecinos y vecinas del municipio. Transcurridos poco más de 26 años desde la puesta en marcha de Metro Bilbao, las extraordinarias dificultades técnicas del proyecto de ampliación de la línea 5 hasta Galdakao y las enormes inversiones requeridas para ello en momentos de crisis han podido finalmente solventarse gracias a una coyuntura favorable. Es sumamente relevante que, ante el retraso en la recepción de los fondos europeos Next Generation que, según ha denunciado el Ejecutivo de Iñigo Urkullu, están "llegando con cuentagotas", el proyecto se llevará a cabo mediante recursos propios de las instituciones vascas a través de un convenio de financiación de 360 millones de euros cuyo coste será asumido al 50% por el Gobierno vasco y la Diputación vizcaina. Ya el pasado lunes, el Consejo Vasco de Finanzas certificó el récord de recaudación logrado por la CAV el pasado año pese a los aprietos derivados de la pandemia de covid-19, recursos que las instituciones anunciaron que se destinarían a acelerar la transformación y la reactivación de Euskadi. El acuerdo de ayer revela, en este sentido, la buena salud financiera pública, fruto de la recuperación de la economía y de la buena gestión de los recursos. En todo caso, la llegada del metro a Galdakao y, muy especialmente, al Hospital de Usansolo así como su conexión con la línea de Euskotren procedente de Busturialdea y Durangaldea responde con precisión tanto al compromiso adquirido por las instituciones vascas, más allá de las trabas impuestas por algunos sectores y su populista utilización política, como a la reivindicación ciudadana, que precisaban de un proyecto bien planificado, viable en todos sus términos y con dotación y financiación garantizadas. Asimismo, es una clara apuesta por la movilidad sostenible dentro de un indudable modelo de éxito internacional y de gestión como es Metro Bilbao y por la vertebración del territorio vizcaino mediante un transporte público moderno, seguro, ecológico, accesible y de alta calidad.