U actividad -se justifica José Félix Tezanos- no es "la magia ni la adivinación". Aunque para llenar su bolsillo con 98.653 euros al año bien podría sacarse de la manga una encuesta bien condimentada, al punto, sin tostarse al albur de sus intenciones. Que lo haga al menos por la credibilidad de los trabajadores que controla bajo su institución, el CIS -rebautizado como Centro de Invenciones Socialistas-, que cuesta al ciudadano -también a los que jamás nos han sondeado- unos 11 millones de euros al año. Su distorsión predictiva en Castilla y León se halla a la altura del hostión barométrico del gurú sociológico de Génova, que desde que falta el recién fallecido Arriola debe ser la misma persona que diseñó el panel demoscópico del Benidorm Fest. Aspiran ser candidatos a estrellas Michelin porque lo suyo sí que es alta cocina. Se jacta Tezanos desde su casoplón de 418 metros cuadrados en Torrelodones de haber dado en el clavo con el ciclón de la España Vaciada, pero bastaba con tener un primo en Soria y un amigo indepe leonés para acertar el vaticinio. El resto, como cuando auguró a la izquierda todo un éxito en el 4-M que entronizó a Ayuso, obedece a que el votante facha se sonroja y calla hasta meter la papeleta en la urna y, de paso, metérsela doblada a él. Pero hay una sima entre el error involuntario y el engaño malintencionado. Que nadie ponga un gurú en su vida. Mejor contrate un quiromante.

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