UY pocas cosas en la vida son blancas o negras, salvo para los entusiastas o detractores acérrimos de algo. En el caso de la energía, podríamos decir que las cosas no son ni verde bosque tropical ni negro petróleo. La Comisión Europea, cuya presidenta, Ursula von der Leyen, irrumpió con novedosas apuestas para un Green Deal y por las renovables, acaba de plantear que se asuman la energía nuclear y el gas como verdes y necesarios para la transición energética. Para escándalo de muchos. Entramos ahora en el populismo y el negacionismo energético.