L régimen cubano se resiste a morir. Ni siquiera quiere cambiar a estas alturas del siglo XXI. La insoportable presión y re-presión sobre quienes buscan que el 15-N en Cuba sea algo similar al 15-M por aquí -un movimiento que aliente el cambio de verdad- permite comprobar la incapacidad del castrismo para amoldarse siquiera a los tiempos y respetar las libertades más básicas. Pero las peripecias del exilio del líder opositor Yunior García no parece que hagan un favor a una causa que necesita salir del extremismo derechista, de Miami y de las garras de EE.UU.