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Mesa de Redacción

Concha Lago

Mi vida es mejor que la tuya

NSTAGRAM es la meca del postureo, un submundo de post en el que todo es mucho más perfecto que la vida real y cada usuario se esfuerza en crear una imagen idealizada de sí mismo con el único objetivo de pasárselo por el morro a sus seguidores. Estos días, un estudio interno de Facebook carga contra los efectos dañinos de esta red social en la salud mental de las adolescentes. Y afirma, por ejemplo, que "un 32% de las chicas dicen que cuando se sienten mal con su cuerpo, Instagram les hace sentir peor". La información, revelada por The Wall Street Journal, asegura que a mucha chavalería le causa depresión, ansiedad y pensamientos suicidas. Parece lógico que una red donde famosos, influencers, ricos y tontolabas en general presumen de su cuerpo y su estilo de vida dañe la autoestima de algunos usuarios. Hay que subir contenidos para quedar bien ante los demás, fotos que revelen vacaciones idílicas y visitas a parajes paradisiacos. Agrega filtros y edita sus imágenes para que parezcan perfectas y logra fácilmente que las niñas/mujeres se sientan como si sus cuerpos no fueran lo suficientemente buenos. Aunque no hay que esperar a ningún informe para que nos digan lo que todos sabíamos, que allí el hedonismo es una patología. Tampoco sería justo culpar solo a Instagram de algo que es habitual en muchas apps. Casi todas prefieren pedir perdón a pedir permiso.

clago@deia.eus