ESDE las madrigueras del silencio que nunca dio solición a los problemas trepan, como solían, sobre la montaña de dolor y cadáveres que apila la pandemia. Nunca les escucharán un dato, un hecho objetivo que acredite su discurso porque son zapadores de lo construido por otros. Son Scrooge condicionados por los fantasmas de sus navidades pasadas que socializan su frustración. Hay mucho esfuerzo por delante contra esta pandemia como para contagiarnos también del germen de los apóstoles del reproche. Si toda su inquina hacia los que gestionan se tornara trabajo... no serían ellos, claro.