ESCONOCEMOS (es personal) qué indujo a Larrion a cometer un delito. Fue apartada. Tampoco sabemos qué indujo al emérito a ejercer fraude por dos veces, irse a Botswana a matar elefantes, comisionar con el AVE a La Meca, regalar 65 millones a Corinna. Fue apartado. A los súbditos españoles se les hurtó durante décadas información personal sobre un rey con asignación del erario público. Quizás ni los ciudadanos de Gasteiz, pagando con sus impuestos el sueldo de la ahora exedil, ni los votantes de EH Bildu debieran hacerse muchas preguntas. ¿De verdad son cosas suyas?