E ha vuelto a abrir la espita de las pensiones por donde más silba la válvula: el cálculo de las mismas para que sea sostenible el sistema, no los pensionistas. En el sistema que ha puesto sobre la mesa el gobierno español para tranquilizar a Bruselas, el cálculo de la pensión por la vida laboral y algún que otro guiño adicional se parecen al modelo sueco sin otras condiciones del modelo sueco. De hecho, lo más sueco de lo propuesto por el gobierno de Sánchez es que se ha hecho el ídem con buena parte de las recomendaciones del Pacto de Toledo. Y el agujero, sin tapar.