EL asesinato en Alemania de un político del partido de Angela Merkel que defendió la política de asilo en el país ha sido confesado por un activista de ultraderecha. Actuó solo, dice, motivado por la amenaza hacia el modo de vida que entiende como propio por la avalancha de inmigrantes. El asesino confeso, que descerrajó un tiro en la cabeza de su víctima, reproduce el discurso que llevó al partido ultra Alternativa por Alemania al Bundestag tras cosechar 5,8 millones de votos en 2017. Los conservadores alemanes son objetivo de los crímenes corales de los lobos solitarios de la ultraderecha. No sus socios.