Una de las verdades teóricamente incuestionables a la hora de analizar los resultados electorales suele ser la de que no se pueden extrapolar los datos de una cita electoral a otra diferente. Algo que, por otro lado, es cierto si queremos trasladar los resultados de cualquier cita electoral al ámbito municipal, ya que en estos se tiende a votar más a la persona que a las siglas.

Sin embargo, toda norma tiene su excepción y la siguiente múltiple cita electoral puede serlo y ello por varias razones. Primero, porque habrá tres urnas en los colegios electorales vascos -la municipal, la foral y la europea- y salvo excepciones, rara vez se vota a partidos distintos tras acudir al colegio electoral.

Segundo, porque hace apenas un mes ya tuvimos que acudir a votar y no parece que -menos en el caso del PP y su presunto viaje al centro- vaya a haber diferencias significativas entre las propuestas actuales y anteriores de los partidos.

Y tercero, porque la confrontación electoral va a estar muy condicionada por las negociaciones entre partidos en Madrid.

Así pues, en esta cita electoral el reto de los partidos no parece que sea tanto el de convencer a la ciudadanía de las virtudes de sus propuestas electorales, sino el de convencer a los que ya votaron hace un mes de que merece la pena acudir de nuevo a las urnas por más que la mayoría de la gente esté ya aburrida de tanta campaña.

Queda por ver si a medida que avanza la campaña, los partidos intentan movilizar a su electorado volviendo a los debates de las elecciones generales, esto es: Catalunya, la corrupción y los impuestos o por el contrario serán capaces de bajar a la realidad municipal y hacer propuestas concretas a problemas específicos.

De momento, se atisban pocas novedades en las estrategias partidistas. Quienes nos han gobernado durante los últimos cuatro años se empeñan en repetir que gracias a su gestión ha ocurrido todo lo bueno que nos rodea, mientras que quienes han ocupado los asientos de la oposición tienden a achacar al gobierno una manifiesta incapacidad de gestión que se resolvería si cambiaran las tornas.

Sea como fuere, sería bueno que nadie se relajara porque, aunque tenga menos predicamento y no cope titulares en los medios de comunicación, tan importantes son la política foral, municipal y sobre todo la europea como lo es la política estatal.