SIEMPRE hay preocupación con el arraigo de las empresas vascas cuando se vuelven atractivas. El último sobresalto rodea a Euskaltel y, pese a que el lehendakari recordó ayer su blindaje estatutario, tanto porcentaje de su capital fluctuando en bolsa causa vértigo. Recordó el presidente de los empresarios vizcainos, Iñaki Garcinuño, que sus accionistas vascos han reducido su peso. Y yo añado que tampoco muchos hijos y nietos de aquellos emprendedores industriales que hicieron de Euskadi potencia económica han mostrado sensibilidad ninguna hacia el país desde su comodidad de rentistas.