SE hace raro pensar en una clase política llena de militares, como cualquier dictadura o república bananera. Pero, según explican, el interés de Vox por situar en sus listas electorales a exoficiales de alta graduación y auténticos nostálgicos del franquismo está motivado porque busca el voto de un colectivo de 270.000 militares y miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado a los que se les suponen simpatías por lo que representan esos emblemas. Si, efectivamente, este proyecto machista, excluyente y xenófobo es el preferido de ese colectivo, ya me están sobrando sus armas.