EL inicio de las conversaciones que el consejero de Hacienda y Economía, Pedro Azpiazu, mantendrá con los grupos del Parlamento Vasco -ayer, con PP y Podemos; mañana, con EH Bildu- tendentes a lograr la aprobación del proyecto de presupuestos elaborado por el Gobierno vasco, que con 11.486 millones de euros (un 3,9% más que los de 2016) serán los más elevados de la historia de Euskadi, parece encaminar el debate a aspectos ajenos -o al menos colaterales- a las propias cuentas en lugar de a analizar la repercusión de las mismas en la sociedad vasca. No es cosa distinta la inclusión por el PP en el citado debate y como motivo de disputa de la reforma fiscal y la modificación del Impuesto de Sociedades que han acordado los dos socios de gobierno, PNV y PSE, cuando es notorio que tanto dicha reforma como las reticencias a la misma deben confrontarse en las respectivas Juntas Generales de los tres territorios y no en el Parlamento Vasco y cuando el mismo PP acaba de anunciar que no presentará enmienda a la totalidad al proyecto de presupuestos de Bizkaia para dar oportunidad a una negociación al respecto. Más claramente, resultaría como poco extraño justificar la oposición a las cuentas del Gobierno vasco en base a una reforma fiscal que, sin embargo, no supone una oposición frontal a los presupuestos en el ámbito en el que debe aprobarse y donde aún se aspira a que sea negociada. Al mismo tiempo, desde EH Bildu ya se apunta la imposibilidad de apoyar los presupuestos de Euskadi para 2018 por el mismo motivo por el que ayer su portavoz en Juntas de Gipuzkoa, Xabier Olano, veía “poco margen” para hacerlo en el territorio “mientras el PNV vaya de la mano del PSE y del PP”, responsables de la aplicación del artículo 155 en Catalunya. Quizá porque esta vez no pueden justificar, como hace un año, su rechazo a las cuentas con la exigencia de una reforma fiscal que, al menos en parte, PNV y PSE sí han acordado afrontar. La justificación, en todo caso, resulta insólita, cuando la propia EH Bildu ha coincidido y coincide con PSE y PP en votaciones parlamentarias de todas las cámaras representativas de nuestro país. Así que harían bien unos y otros en centrar el debate en el reparto presupuestario, en tratar de mejorar, si es posible, un proyecto que debe ser capaz de seguir articulando el desarrollo social y económico de nuestro país.
- Multimedia
- Servicios
- Participación
