Vamos a preguntar sobre Kepa Arrizabalaga
UNA pregunta: ¿Se está defendiendo Urrutia cuando afirma que no se puede dudar de que el Athletic está haciendo todo lo posible para que Arrizabalaga siga en el club? Si se cambiase la identidad del jugador y se pusiera Llorente en vez de Arrizabalaga, ¿se podría dudar de que el Athletic puso todo de su parte para lograr dicha renovación? Hubo un momento, tras un montón de meses de tiras y aflojas, en que Llorente comunicó que no seguiría en el Athletic, pese a que calificó la oferta recibida de “irrechazable”. Y se marchó al concluir la temporada sin dejar un euro en las arcas del Athletic.
Segunda pregunta: ¿Está atacando Arrizabalaga cuando declara que él es de Ondarroa, ha estado toda la vida en Lezama y su objetivo siempre ha sido defender la portería del Athletic? Si se toma el enunciado de esta pregunta y se sustituye el nombre de Arrizabalaga por el de Amorebieta, ¿se estaría hablando de un caso idéntico? Hubo otro momento en que el club le dijo a Amorebieta que, en vista de que no había manera de avanzar, retiraba su propuesta y el jugador dejó la entidad en junio de ese año.
Tercera pregunta: ¿Llorente y Amorebieta eran futbolistas estratégicos? Quizás lo fueran porque así se les etiquetó, al menos al delantero, que entonces vivía la etapa más feliz de su carrera, no en vano era la referencia ofensiva del Athletic e internacional con España. De hecho, acabó haciendo las maletas con destino a la Juventus, que no es cualquier destino. Bueno, ya las tenía hechas cuando desestimó lo que le daban para que no se moviese de Bilbao.
La realidad es que tanto Llorente como Amorebieta eran titulares fijos en el Athletic cuando iniciaron sus conversaciones con Ibaigane. No lo fueron en su último curso vistiendo de rojiblanco porque el entrenador de turno, Marcelo Bielsa, estimó que no lo merecían por su actitud negativa. En su lugar actuaron Aduriz y Laporte. Hasta hoy.
Las salidas de Llorente y Amorebieta se produjeron un año después de que Javi Martínez, otra pieza indiscutible, otro “estratégico”, aceptase vestir la camiseta del Bayern Múnich, que abonó íntegra la cláusula de rescisión. Un año más tarde, quien se despidió del Athletic fue Ander Herrera, asimismo “estratégico”, previo pago de su cláusula por parte del Manchester United, que ya un año antes quiso ficharle aunque intentando eludir dicho requisito, pese a que el interesado lo negase e hiciese ver que él nada sabía.
Cuarta pregunta: ¿Se puede considerar que Arrizabalaga es un futbolista estratégico? Urrutia no lo negó ayer, si bien hizo extensiva esa condición a los demás miembros de la plantilla. Uno sospecha que el presidente, además de creer firmemente en que todos son valiosos porque gracias a la suma de sus aportaciones se sostiene el equipo, tenía en mente la trayectoria del Athletic sin Javi Martínez, Amorebieta, Llorente y Herrera.
Quinta pregunta: ¿Qué Athletic hubiese habido de no marcharse el cuarteto aludido? No existe contestación. A lo sumo, cabe especular, suponer que el potencial del grupo habría sido superior al que ha sido en estas últimas campañas. Sin duda, se trataba de elementos contrastados que, al margen de cómo les hayan ido las cosas en otros lugares, al Athletic le hubieran venido muy bien. En cambio, sí tenemos la certeza de que sin ellos al Athletic no le ha ido nada mal, ahí están las continuas clasificaciones europeas o el título de la Supercopa.
Sexta pregunta: ¿Existe un relevo de garantías ante la eventualidad de que Arrizabalaga no esté a partir de junio? Tampoco resulta sencillo responder. Ahora, que se sepa hay un suplente que ha cumplido y se llama Iago Herrerín; hay un cedido que ha sido internacional en categorías inferiores, que responde al nombre de Alex Remiro, y otro internacional sub’21 en el Bilbao Athletic, Unai Simón. Serían en el corto plazo los candidatos a suplir la baja de Arrizabalaga.
Séptima y última pregunta: ¿Está atacando Urrutia cuando sostiene que “el que se ha querido quedar se ha quedado?”. Más que lanzar un ataque, uno diría que se limita a constatar una realidad objetiva.