LA refundación de EH Bildu que culminó ayer en Bilbao con la elección de Arnaldo Otegi como líder y la aprobación de la Mesa Política -es decir, la dirección- del nuevo “sujeto político” que surge de la coalición deja varias constataciones que se han evidenciado a lo largo de todo el proceso y que quedaron patentes en el Congreso celebrado en el Euskalduna. En primer lugar, la supremacía absoluta de Sortu, de la izquierda aber-tzale de siempre, en la nueva formación. No solo por el indiscutible e indiscutido liderazgo de Otegi -cuyo evidente capital político intenta explotar EH Bildu desde hace ya tiempo, aunque también debe ser consciente de sus debilidades- o por la más que abrumadora presencia de dirigentes y militantes de este sector en la Mesa Política, sino también por el discurso, las formas y las ideas que transmite y plantea el nuevo partido. A este respecto, nada parece indicar -y menos aún por lo visto y escuchado ayer- que EH Bildu haya tenido en cuenta la propuesta pactada entre los dos sectores enfrentados en EA en su reciente Congreso que planteaba la introducción de cambios estructurales que, supuestamente, evitarían la conformación de “un partido único” y que fue determinante para evitar una posible fractura en un partido con treinta años de historia. Tampoco el peso de los “independientes” -Maddalen Iriarte es la única referencia en la Mesa Política, es decir, en el núcleo duro de la formación- parece haber ganado con la nueva formación. En todo caso, la exigua participación en la elección de la dirección de EH Bildu -han votado por Internet 2.652 personas, solo un 54% de quienes se habían inscrito para hacerlo- muestra que el proceso no ha calado en las bases de EH Bildu y/o que el nuevo “sujeto político” o partido despierta muchos recelos y en algunos casos un evidente malestar entre la militancia abertzale pese a que se vendió como la culminación de un escenario “ilusionante” para el futuro de Euskal Herria. Pese a todo ello, el proceso ha concluido y la nueva EH Bildu está ya en marcha. En su discurso de ayer, el ya secretario general, Arnaldo Otegi, afiló sus dardos contra el PNV -su gran obsesión, reconoció, es arrebatarle la hegemonía- y volvió a mirar al procés independentista de Catalunya como referente. Nada nuevo, por tanto, de momento, en la refundada EH Bildu.